(Textolibre - Agosto 04, 2007)
A todos aquellos…
Que estuvieron, sin conocerlos; comprendieron.
No preguntaron, solo consolaban.
Indagaban en las palabras, en el rostro.
Inferían, pero sin ninguna verdad.
Sólo estuvieron, solo recordaron.
A todos aquellos…
Que soportaron muchas letras, muchas llamadas.
Dieron la libertad absoluta a la paciencia y el llanto.
Imaginaron locuras, y solo les quedaba consolar.
Tuvieron miedo, pero también palabras, más palabras.
A todos aquellos…
Que no sabían, sólo veían.
Veían dolor, veían tristeza.
Extendieron su mano, extendieron su corazón, extendieron su tiempo.
A todos aquellos…
Que regalaron algo de su vida, algo de su abstracción.
Supieron escuchar, supieron abrazar, supieron mirar.
A todos aquellos…
Que otorgaron risas, que otorgaron un minuto de armonía.
Cedieron chistes malos, pero con un objetivo.
Se acercaron, y se quedaron, o al menos recordaron.
Piropearon el mínimo detalle, aprendieron de la lástima, pero les funcionó.
A todos aquellos…
Que tuvieron la capacidad de abrir unos ojos que no brillaban.
A todos aquellos que impidieron la tragedia.
A todos aquellos que asistieron un nacimiento.
A todos aquellos que lograron agradecimiento eterno.
A todos aquellos que captaron un corazón.
A todos aquellos que se ganaron una vida inmortal.
A todos aquellos…
Mereced el cielo, perpetuar en el mundo.
Que estuvieron, sin conocerlos; comprendieron.
No preguntaron, solo consolaban.
Indagaban en las palabras, en el rostro.
Inferían, pero sin ninguna verdad.
Sólo estuvieron, solo recordaron.
A todos aquellos…
Que soportaron muchas letras, muchas llamadas.
Dieron la libertad absoluta a la paciencia y el llanto.
Imaginaron locuras, y solo les quedaba consolar.
Tuvieron miedo, pero también palabras, más palabras.
A todos aquellos…
Que no sabían, sólo veían.
Veían dolor, veían tristeza.
Extendieron su mano, extendieron su corazón, extendieron su tiempo.
A todos aquellos…
Que regalaron algo de su vida, algo de su abstracción.
Supieron escuchar, supieron abrazar, supieron mirar.
A todos aquellos…
Que otorgaron risas, que otorgaron un minuto de armonía.
Cedieron chistes malos, pero con un objetivo.
Se acercaron, y se quedaron, o al menos recordaron.
Piropearon el mínimo detalle, aprendieron de la lástima, pero les funcionó.
A todos aquellos…
Que tuvieron la capacidad de abrir unos ojos que no brillaban.
A todos aquellos que impidieron la tragedia.
A todos aquellos que asistieron un nacimiento.
A todos aquellos que lograron agradecimiento eterno.
A todos aquellos que captaron un corazón.
A todos aquellos que se ganaron una vida inmortal.
A todos aquellos…
Mereced el cielo, perpetuar en el mundo.