lunes, 13 de abril de 2009

Vida





Lunes 11 de febrero de 2008.


Martín llega al supermercado, toma un carrito para hacer sus compras y se dirige al primer pasillo. Se encuentra a Laura y comienzan a hablar:

-¡Mi amor que coincidencia encontrarte aquí!
-¡Sí mi vida! Así hacemos las compras juntos y nos regresamos a casa de inmediato, recuerda que tenemos invitados a cenar.
-¡Claro!, así que apurémonos.

Ambos caminan juntos por los pasillos del supermercado.

-Cariño ¿prefieres caraotas rojas o negras?
-¡Ay caraotas! Son tan deliciosas y nutritivas, como me gustaría volver a comerlas. Bueno en fin, sigamos.
-¿Y si mañana temprano hacemos un desayuno criollo?
-Sería magnífico, unas arepitas, hechas de harina Pan, ¿sabes? La amarillita.
¡Y unos huevos revueltos! ¡Ay no puedo imaginarlo ya!
-¿Huevos? ¿Revueltos? ¡Ojalá al menos se pudieran revolver!
-¿Y entonces que desayunaremos?
-Puede ser una taza de café con leche cada uno y a los niños cereal.
-Si es así tenemos que levantarnos bien temprano para buscar una vaca y ordeñarla, y el café…bueno vamos a buscarlo al otro pasillo.
-Sí, apúrate entonces.
-Mira mi amor recuerda el azúcar, debemos llevar una.
-Claro, vamos por ella.
-Cariño, y por cierto… ¿qué le daremos a los invitados en la cena de hoy?
-He pensado en una carne en salsa negra.
-Me parece bien, bastante original, recuerda tomar el ticket de la carnicería.

Cuando pasan por el sector de las legumbres Laura se sorprende:

-Mi amor ¡Mira! ¿recuerdas lo que había aquí? Eran tan bellos, la variedad, los colores ¡Y mira qué cómo alimentaban!
-Si, lo se mi amor.
-Cariño, detente, huele eso ¡Que delicia, lo que más me gustaba, aquí ponían los quesos! Respira profundo, trata de percibir el olor.
-Si, es increíble, parece mágico.
-Bueno ¿Estamos listos no? Ya nos podemos ir.
-No, creo que nos falta el papel sanitario.
-No te preocupes, esta mañana me leí toda la prensa.

Cuando llegan a la caja para pagar la cajera les dice que no tienen nada en el carrito y que no deben hacer cola.

Martín dice:

-Bueno al menos se que estoy vivo, por aquello de los recuerdos y esas cosas.

Laura responde:

-Claro, recordar. Disculpe pero ¿Quién es usted?

Martín caminando a la salida y con unas bolsas vacías responde:

-Nadie.

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